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Historia Codona

Estados Unidos
Grupo
1978 / Presente
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Historia Codona

CADONA: PANTEISMO SONORO

Jesús Gonzalo

Fue un grupo irrepetible, más que eso Codona fue un proyecto que representaba a las voces sin nombre, una música única e irrepetible, con tres nombres pero sin apellidos. Collin Walcott, Don Cherry y Naná Vasconcelos hicieron una música indefinida y original, relacionada con todo y a la vez única e intrasferible. Su método de diálogo conjugaba espiritualidad y cosmopolitismo, ancestros y modernidad sin hacer uso de la fusión. Su legado en tres discos para ECM sirve como ejemplo de comunión veraz entre culturas. La improvisación y el uso de un arsenal variado de instrumentos tradicionales y de percusión (trascendiendo su función rítmica hacia una dimensión descriptiva y mimética de la naturaleza y del fenómeno ritualista) eran sus principales valores expresivos. Don Cherry ya había fijado las bases de la llamada world music en los años sesenta, acuñando el término transcultural multi kulti . Hijo de madre india y padre negro y viajero infatigable, Cherry empezó su carrera como trompetista al lado de Ornette Coleman en el cuarteto histórico con el que se pusieron los primeros pilares del free jazz. Ya a finales de los sesenta, Cherry, adscrito al movimiento avantgarde, impulsaría nuevos caminos de exploración creativa entre métodos de improvisación derivativos del free y modos adquiridos de culturas no occidentales, africanas y orientales principalmente. El también norteamericano Collin Walcott había llegado años antes a esa plataforma de creación fecunda y visionaria que era ECM en los setenta. Sitarista y percusionista especializado en las tablas y la música de la India, en sus primeros trabajos para el sello de Manfred Eicher había unido jazz y cultura oriental usando puentes ya extendidos, en la década anterior, por Ravi Shankar. En el excelente Grazing Dreams (1977) Walcott cuenta con Cherry; es el paso que anuncia una alianza a la que le faltaba un eslabón. Recién llegado de la mano de Egberto Gismonti ( Dança das cabeças ,1977), Naná Vasconcelos posibilita la conexión con el primitivismo de la percusión (la metálica del berimbau y el triángulo , de cueros blandos y voces) proveniente de África, pero cultivada entre la exuberancia amazónica y los arrabales de Brasil. Su debut en ECM ( Saudades , 1980) coincide con el periodo en el que este grupo permaneció activo.

En Codona 1 (1979) dominan las composiciones de Walcott. Se abre con Like that of sky y la flauta de Cherry, instrumento aquí destacado que no aparecería en las siguientes entregas. El esquema parte de una introducción solista a la que se van sumando los demás miembros. Codona es el segundo corte , donde se aprecia mejor esa intención dialogante en el despliegue instrumental. Colemanwonder es una pieza en tres partes (la última de Stevie Wonder) que refleja la referencia jazzística más clara de Codona, la de Ornette Coleman. Los temas finales Mumamakata y New light son desarrollos largos y repetitivos con el protagonismo de instrumentos africanos e indios entrelazados por cánticos. La percusión -uno de los hallazgos de Codona- es un decorado vivo de situaciones, no sólo un recurso rítmico. Con ligeros pero muy sutiles cambios sobre la amplia gama de instrumentos (en lo que respecta a Don Cherry), los siguientes trabajos de Codona incorporan unos y abandonan otros.

Codona 2 (1980) empieza con la alegre tonada afro-amerindia Que Faser (el nordeste brasileño comulgando con el sitar), para seguir con Godumaduma , un breve tema basado en repeticiones (Steve Reich vía Gabón) que superpone sitares. Malinye es la composición angular del disco. Escrita por Cherry para melódica , Malinye es la aventura utópica de un Mississippi africano, narrada por sanza y berimbau . La conjunción de la tensión del free jazz y la espiritualidad se aprecia en Drip-Dry , reinvención del mundo colemaniano. Codona podía ceñirse a un lenguaje jazzístico sobre todo cuando recuperaban a Coleman , pero el uso de instrumentos atípicos en este género le imprimía una tesitura singular. Esto es apreciable en Walking Eggs . Como visión integral, era la articulación de melodía (intercambiable entre Walcott, con el sitar, y Cherry, con los vientos) y la base rítmica u ornamental (Vasconcelos) la que sostenía el discurso improvisatorio, también en Again and Again, again.

Lo que llama la atención del principio de Codona 3 (1982), la última entrega y quizá la mejor, es el uso del silencio, de los tiempos espaciados y meditativos sesgados por haces de luz de la trompeta de Cherry, en el maravilloso comienzo de Goshakabuchi (para dulcimer, ambientación percusiva con rítmica final y trompeta). Las implicaciones metalingüísticas adquieren una nueva dimensión: el uso del tiempo. Vasconcelos y sus onomatopeyas aditivas se adueñan de Hey da ba doom . En este postrero trabajo se aprecia mucho mejor los contrastes de voces, de instrumentos y de timbres, el equilibrio de esencias, de respiraciones ancestrales y panteístas. Pasando varios temas que viajen sin rumbo hasta la India, entre tonadas folkies y jazz tribal, llegamos a la monumental pieza que es, así mismo, el testamento del grupo. Inner organs (para órgano en movimiento continuo, tablas y tambores en un tempo que deriva hacia el reggae ) es el ritual sonoro de Codona sublimado, la proyección universal de un conocimiento interior. La muerte poco después de Collin Walcott en accidente de tráfico, cuando viajaba con su otro grupo, Oregon, puso fin a esta formación histórica de la que sólo queda vivo el gran Naná Vasconcelos. Sólo hubo una única intención de extender este legado en el casi coetáneo trabajo compartido por Don Cherry y Ed Blackwell en El corazón (ECM,1982).

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